A la mañana siguiente, ya más relajados, seguimos por carretera hasta Nalut, para visitar los antiguos graneros fortificados.
También paramos a poner gasoil, que por aquellas fechas estaba a 0,08 Euros el litro, así da gusto viajar
El calor era insoportable, decidimos avanzar un poco y paramos a comer en un restaurante situado en la gasolinera del desvío de Nalut, el menú fue pollo etíope rustido y de postre melón y sandía, nos saltamos el te para ganar tiempo.
Continuamos por carretera hasta Derj, el paisaje iba cambiando poco a poco, ya se empezaba a ver arena, hicimos los 100 kilómetros que nos separaban de Ghadames de noche, llegamos sobre las 10 y fuimos directamente al camping, nos dimos una ducha, los servicios espléndidos como siempre, la puerta no cerraba, la luz escasa (esto es de agradecer, cuanto menos veas mejor...), olor indeseable y el grifo de agua fría que salía rozando el punto de ebullición. Cenamos puré de patatas con frankfurts, y en la sobremesa, entre cafés y cubatas, hubo briefing y se cargaron los wpts.
A la mañana siguiente desayunamos tranquilamente y dedicamos parte de la mañana a la reorganización de coches y a pequeñas reparaciones, luego nos acercamos hasta el pueblo para visitar la parte vieja de Ghadames, con Lamine de guía, era mediodía y el termómetro rondaba los 43 grados, le pedimos la “visita corta”, por suerte en los oscuros callejones del casco antiguo se estaba fresquito.
En el camping de Ghadames
De paseo por Ghadames
